En el anterior post hablábamos de las catas de aceite profesionales, aquellas que sirven para clasificarlos y describirlos. Pero no hace falta ser un experto para disfrutar del sabor y aroma de este oro líquido. Cada vez más molinos ofrecen catas de aceite a sus visitantes, pero nosotros vamos más allá. Te proponemos que seas tú el que organices la cata, te podemos asegurar que pasarás un buen rato con los amigos, y será toda una experiencia para el paladar. ¿Qué necesitas?
Aceite. Es el elemento principal, consigue diferentes variedades de aceite de oliva: desde monovarietales a coupage, ecológicos, de diferentes grados de acidez, de diversas procedencias… Te recomendamos incluir en la selección el aceite de oliva virgen extra OleAurum, le dará a tu cata diversidad, prestigio y será de gusto agradable.
Actitud. El tipo de cata que te planteamos es informal y simple, para hacer con amigos y pasar un rato divertido, pero es importante que el panel (grupo heterogéneo que hará la cata) se atreva a opinar y compartir las impresiones, sensaciones…esto dará riqueza a la cata. Además, puede resultar divertido descubrir cómo de una misma muestra se derivan opiniones muy diferentes dependiendo de cada paladar.
Vasos de cristal. En las catas profesiones se utilizan vasos de cristal opacos, de color azul, ya que así no se desvela el color del aceite de oliva. Si organizamos una cata en casa, podemos hacerlo con vasos oscuros o taparlos y cubrirlos con platos de café para que el olor no se difumine en el ambiente. Podemos enumerar cada uno de los vasos, de esta forma sabremos a qué botella de aceite corresponden.
Pan y manzana. Los catadores profesiones degustan el aceite directamente del vaso, no usan pan, pero en nuestra cata amateur podemos preparar pequeñas rebanadas para ir mojando. Después de probar cada uno de los aceites come un trozo de manzana verde para limpiar el paladar, te ayudará a notar el gusto del siguiente aceite que cates.
Como puedes comprobar, no es complicado organizar una cata en casa. Y ahora que ya tenemos el material, te explicamos cómo hacerlo.
Pon un poco de aceite en cada uno de los vasos opacos. Cuando tengas todas las muestras enumera los vasos y las botellas, para saber a qué botella corresponde cada aceite. Mientras no empieces la cata, tapa cada vaso con un plato de café, para evitar que el olor del aceite se mezcle con el ambiente y se pierda el aroma original.
Empezamos la cata. Primero el aroma: coge el vaso con las dos manos. Con las manos aportamos calor al recipiente y los aromas se revelan con más facilidad. Después, destapa el vaso y acera la nariz. Es el turno del gusto. Puedes mojar un poco de pan o hacerlo como un profesional: dando un sorbo. Si lo haces como un auténtico catador de aceite, tienes que colocar la lengua detrás de los dientes e inhalar. Así el sabor del aceite de oliva se extenderá por la boca. Saboréalo y trágatelo. Te recomendamos probar los aceites más robustos al final, igual que se hace con los vinos. Entre aceite y aceite como un poco de manzana verde, te refrescará la boca y limpiará el paladar.
Estás preparado para organizar una cata en casa, ¿buscamos una fecha?